viernes, agosto 31, 2007

POR RAZONES DE MANTENCIÓN DE ESTE BLOG, NO APARECERÁN POR UN TIEMPO ALGUNAS PUBLICACIONES...
ESPERO ENTIENDA Y COOPERE. ANA MARÍA PAPIC

lunes, mayo 15, 2006


La familia Quevedo-Cárcamo
Ha aumentado su prole.... Padre, e hijos son iguales. El primerizo, Manqueque se encuentra enfermo de celoso, Tanto así..... que grita y llora hasta confundir a sus padres. Claro, no es para menos, con el segundo se encontraron en la exótica MALASIA. De igual manera, la familia se encuentra muy bien, engordando a razón de 700 grm por mes el chiquitín. ¡Animo! los hombres lloran, a pesar de todo....

domingo, mayo 14, 2006

FELIZ DÍA, MADRE MÍA!!! ERES LA MÁS TOP DE TODAS, LA ÚNICA ...todos lo que quieran saludar a sus mamás (que en realidad debieran ser todos los días), agreguen sus comentarios...


sábado, mayo 13, 2006


CAPITULO VIII “Amistad nunca mudable por el tiempo o la distancia no sujeta a la inconstancia del capricho o del azar sino afecto siempre lleno de tiernísimo cariño, tan puro como el de un niño, tan inmenso como el mar. J. Zorrilla”
Las amigas de mi mamá si que eran un cuento aparte, cada una tan típica, que sus constantes visitas hacían de nuestra casa un lugar de reuniones muy peculiar, al compararlas con las visitas de las madres de mis amigas que jugaban bridge, canastas, y otras cosas más. Milena B., una mujer alta flaca, de muy buena facha, pero tan desarreglada que debe ese haber ser una de las razones para permanecer soltera hasta el final, probablemente la otra era sus interrogatorios, sus constantes preguntas, ah! Y su dedo índice arrugado porque según los cuentos, el remolino que se forma en la tina cuando el agua se va, se lo habría chupado como un tirabuzón provocándole esta deformación. No era en realidad el ideal de dedo índice como para sacarse un moco. Era de las amigas que nos llevaba en sus hombros por todo Viña, mientras mi mamá tiraba el coche con Pepe en él. Nunca la vi cansada, de un paso firme y ligero, su voz chillona y temblorosa, con una sonrisa permanente, celebraba todo lo que uno hacia o decía. Para mí era como una tía verdadera, y le tengo un cariño enorme porque además su personalidad servía para caricaturizar a la típica solterona que disfruta con los cuentos de las niñas jóvenes, pareciera que los viviera ella al escucharlos. Trataba de no molestar en las casas que ella visitaba, pero su indecisión causaba a veces problemas. Por ejemplo, en pleno invierno, nos llamaban a comer a todos, tipo nueve de la noche. Viña era una boca de lobo y los enormes plátanos orientales se encargaban de ayudar más en la oscuridad, cubriendo con sus ramas los focos del alumbrado público. - Milena come con nosotros y Jorge te va a dejar después, le decía mi mamá. - No Milka, muchas gracias pero ya me voy caminando, Juanito, su hermano me está esperando. - Pero Milena, tan oscuro y tanto frío algo te puede pasar, insistía mi mamá La conversa seguía, mi mamá avisaba que retiraran el puesto de la Milena de la mesa, mi papá con hambre reclamaba que la comida se enfriaba, mi mamá la convencía, se llamaba nuevamente a la empleada para que pusiese nuevamente el puesto, se pasaba a comer. Una vez terminado y con una pequeña sobremesa, mi padre partía a dejarla, sin dejar de escuchar los alaridos de disculpa primero y de agradecimientos después por tener que “salir con este frío” a dejarla, y ese “chao Milka, como siempre exquisito todo” Otras veces, si que la cosa se complicaba más. Mi papá había entrado el auto al garaje, ya que se estaba yendo, pero a última hora la cosa cambiaba y sucedía el mismo cuento anterior Era una amistad a toda prueba. La Milena fue que la dio una especie de recomendación cuando la Katy postuló a su beca de American Field. La Milena acompañaba a mi mamá al psiquiatra, y esperaba pacientemente la hora afuera.
Acompañaba a mi mamá tardes enteras, mientras mi papá estuvo enfermo. Cuando me contagié con hepatitis, el año 1983, fui a cuidarme a Viña a la casa de mis papas, ya que además yo no tenía empleada. La Milena iba todos los días a buscar a Javier a un jardín infantil que lo pusieron mis papás y lo traía a la casa a almorzar. Contaba que no le paraba la lengua de contar todo lo que había hecho Javier, y ella tiene que haber tenido un aura de dulzura especial, para que esté niño de casi tres años, se viniese sin ningún problema a pesar que aparecio a retirarlo a solicitud de mi mamá, y sin que Javier pudiera recordarla. La Milena presente el día que le dio un infarto a mi mamá. Ahí, calmando a mi papá, llamando a la coronaria. La Milena vivía en una casa blanca muy grande en cuatro ponientes entre tres y cuatro norte, junto a su hermano soltero y cuando nosotros la conocimos, junto a su padre don Juan, un viejito bondadoso muy rico (uno de los mayores accionistas del banco de C.), que era como un nono para nosotros también. Se había hecho cargo de tres sobrinas que su madre había muerto de un cáncer al pecho, tres adolescentes súper lindas, Ana María, Nevenka y no recuerdo el nombre de la tercera, creo que Bernardita. Para llenar sus días, salía cada mañana ha comprar las cosas y volvía cargada como burro, para luego ir a buscar a alguna amiga y salir a caminar, muy tomada del brazo, a la avenida Perú. Era profesora de matemáticas, pero parece ser que nunca ejerció, o por lo menos nunca ejerció desde que yo nací. Había estado muy enamorada de un amor platónico y en eso se le fue la vida esperando que lo platónico se convirtiese en realidad.
Su hermano otro personaje. Había sido marino de joven y con un padre de tanta plata, decidió salirse de la armada, pero no le dijo nada a nadie. Nunca le trabajó un peso a nadie, por lo que tenía sus pulmones vírgenes. No se le conoció mujer alguna, solo su pasatiempo y vicio que era el casino de Viña, jugador empedernido, no se si de grandes apuestas, pero si de idas diarias. Otro personaje era María Ester C. una gorda operada del corazón, separada de un señor de aristócrata apellido “ Tagle “, pero sin ni un peso, con tres hijos, dos hombres y una mujer, que fue compañera de mi mamá en la universidad. Fue secretaria y relatora de diferentes juzgados y cortes del país, por lo que por su profesión, en la época que estaba destinada fuera de Viña del Mar, venía constantemente a nuestra casa a alojar, o también para parir a cada uno de sus hijos, y los quince días posteriores al feliz suceso. Andaba siempre cargada de expedientes, amarrados con pitillas, y por la manera que yo veía que morían el sueño de los flojos y los traslados, es casi que me atrevo a decir, que muchos de esos procesados murieron antes de ver puesta su causa en pizarra en un juzgados.
Conversar con ella era muy entretenido y desesperante, ya que se sabía la vida, obra y milagro de cada ser humano, pero era tanto lo que le fascinaba la cosa social, que los cuentos siempre se iban por las ramas y nunca sabías el desenlace por el cual la narración había comenzado. Era tanto lo que se iba por las ramas, que muchas veces cuando nos iba a comenzar a contar la historia de la tatarabuela, le decíamos que era de otra familia a fin de hacerlo más corto. Con su gordura y su modo reposado y cálido de conversar, no había cama que no se hiciera esperar para recibirla, siempre recostada como una Madona de medio lado, un cutis blanco maravilloso, el cual cuidaba con esmero, y una boca media chueca de tanto modular para saber si era “de los Silva que silban bien o de los Provens de Ovalle o de los Tagle de Valparaíso.”
De todas manera. Le saco el sombrero, crió y educó a sus tres hijos. Todos profesionales sufriendo una y mil veces los embates de la pobreza. Les compraba de todo a su familia en una cooperativa, a los tres meses como no podía pagarlo, se lo iban a embargar. Debe ser la mujer que en Chile más modelos de radios diferentes hayan tenido, porque cada nueva compra, era más moderna que la anterior. Creo que ella inventó el sistema – pero cortito – de leasing y en algunos casos de leas back. Cuando se venía a pasar las temporadas, se le cedía el tercer piso, y con la Drina le contábamos el número de días que no se había bañado, ya que allí no había baño y cuando bajaba a este, venía lista para salir. Jamás se le sintió un olor a “zopirra”, pero si usaba perfumes fuertes y pasosos de muy mala calidad. Tipo pachulí. Y así entre conversa y conversa entre los viejos y amarrados expedientes llegaba la noche y nos decía: - “bueno vamos a dormir, mañana sigo trabajando en ellos” mirando con melancolía el asesinato en trámite...... Otra encantadora, brujilda, horrible, extraña, maléfica a veces, era la Jubín.
La Jubín también era soltera y prima de la Milena, de voz ronca, de cara muy arrugada y arrugas profundas, casi como surcos, nariz aguileña y cejas delineadas con lápiz café claro que para su entorno, no hacia otra cosa que recalcarle aún más sus marcadas y definidas facciones. Alta, flaca, vestida siempre de una falda negra de lana plisada, una blusa blanca de seda y un chaleco negro abotonado, todo esto acompañado de un chal de vicuña o algo así negro también. Llevaba un bolso de cuero de chancho, recuerdo de su vida de opulencia al cual le amarraba un pañuelo finísimo de seda italiano, que jugaba distintos papeles, como incluso amarrado en la cabeza una vez que se iba de la casa donde se encontraba de visita, montada en su negra bicicleta, y una pulsera de oro gruesa de forma “esclava” que fue toda mi vida el sueño de tener. Cuando me casé con Cristián un primo llamado Guillermo Montt, me regaló una moneda de oro de cien pesos, la cual la transformé en mi alhaja favorita, lo malo que para el cumpleaños de mi mamá, entraron los chiquillos que se adueñan de las cosas ajenas y me robaron un dineral en joyas. Prometo que lo sentí y lo peor lo presentí. Durante el invierno, la Jubín agregaba otra indumentaria, un abrigo trescuartos negro grisáceo de corte varonil. Se suponía que había sido una de las mujeres ricas de Chile, había sido una de las primeras en tener automóvil, pero distintas razones como la muerte del padre, la muerte de su única hermana casada y con una hija, a la cual no vio más dado que se crió con el papá, la hicieron tomar una tras otras malas decisiones económicas. Quizás huyendo de su soledad, constantemente junto a su madre vendía su casa grande y se compraba una más pequeñas quedándole de este modo un poco de plata para vivir. Terminó en una pieza arrendada por su prima Milena en una residencial de mala muerte. No era una mujer de lujo, al menos en lo que se mostraba, a pesar que vivía en el café Samoyedo tomando café a la misma hora y en la misma mesa, donde comensales no le faltaban, ya que era muy culta y con una apertura a la vida poco común para mujeres de su edad. Su forma de hablar, tanto en estirar las palabras – Pero Miiiiiiiilka – como su gesticulación le daban un aire más surrealista, moviendo la cabeza hacia un lado. Era del tipo de Gala, la musa inspiradora de Dalí. Sus venidas a cenar duro y parejo lograban una mesa muy estrambótica y divertida, sobre todo cuando se juntaban todos los personajes incluyendo a la Anita Martinic. Y avanzada la noche, al igual que Milena, ella tomaba su mágico carruaje a dos ruedas y atravesaba Viña del Mar completo. En la época que vivió en Chorrillos, y atravesaba por el Sporting, debe haber nacido más de una leyenda acerca de la mujer que en bicicleta cruzaba el Sporting a las dos de la madrugada o más. Debe haber sido como el cuento del "“cómete la comida que si no voy a llamar al viejo del saco".Cuando sus recursos fueron más escasos aún, se ofreció de costurera en nuestra casa. Con la máquina a pedal Singer, nos hizo toda clase de vestidos de lame para fiestas y otros acontecimientos, viniendo un día de la semana y terminando siempre de hacerse el vestido a la pinta de ella, y esa fue la razón que después de muchos años, mi mamá que trató de que respetara nuestro gusto, terminó esta relación de amistad, sin antes que ella le gritara toda clase de maldiciones e improperios, y que al venir de esa figura extraña, más maléfica sonaban en nuestros oídos. Después solíamos verla o en el Samoyedo o en misa en los Carmelitas, en uno de los últimos bancos, más transpuesta que atenta. Otra amiga que falleció hace poco y que ustedes conocieron fue María Antonieta G., a la que le llamaban cariñosamente la “abuela de goma”, dado que por sus meditaciones – yoga, les mostraba a ustedes como podía doblarse entera mientras sus abuelas o estaban reventadas de la columna como la abuela Ester, o más tiesa que un palo, como la nona Milka. También abogada y compañera de mi mamá, la cual también tuvo una vida bastante difícil por decir lo menos. Le tocó al igual que la María Ester ser juez de juzgados de San Felipe y otros, donde el carabinero de guardia le cuidada a sus dos pequeños hijos, dado que el marido que era alcohólico la había dejado. Pero a diferencia de la Ester, ella fue siempre ordenada en sus platas, bueno y además heredó de sus padres una pequeña herencia la cual invirtió muy bien en propiedades. Le toco de los casos espeluznantes en Chile, juzgar y sentenciar, el caso de los “tarros lecheros” que no fue otra cosa que un asesinato, donde el hombre guardó el cadáver mutilado en dos gigantes tarro lecheros de aluminio.
Sacó a sus hijos adelante, el mayor, dueños de la cadena de tiendas V..., se casó con la hija de un militar muy importante de Paraguay y con mucho dinero y poder ya que estaba relacionado con el presidente Strossner, dejó a su mujer después de muchos años y volvió a vivir a Chile. El segundo, J. L., se casó con una prima hermana y tuvieron creo de tres hijos, fue el más complicado, ya que a edad adulta atropelló y mató a un transeúnte manejando con trago, lo cual le causó mucha pena y dificultad a su madre. Esta mujer, ya vieja, con sus hijos crecidos y abuela, separada por más de veinte años, recibió cristianamente de vuelta a su marido, del cual nunca se separó legalmente, dado lo enfermo y pobre que quedó producto de su cirrosis hepática, a consecuencia del alcoholismo. También es importante destacar, él solterón que semanalmente, primero comía todos los sábados en la casa, y luego por su edad, se pasó a almorzar cada domingo. Don L. Casanegra, un montenegrino de tomo y lomo. Cuando uno es chico y te cuentan los cuentos de Gulliver, sin conocer a este señor uno imagina ese personaje. Alto, blanco, De cabeza muy grande y forma aperada, de cabellera blanca y raleada, de nariz aguileña, de boca grande y labios delgados, jugosos a ajo que cada mañana comía para mantener la presión arterial baja, que casi no permitían ver unos dientes chicos arratonados, similares a los de leche, de manos gruesas y una mirada de movimientos constantes de izquierda a derecha. Este señor trabajaba en la Sudamericana de Vapores y cada miércoles nos hacía llegar uno o dos cajones de frutas de exportación, que hoy a pasado a ser algo natural, pero treinta años atrás comer uva en Julio, era como ir un fin de semana a Nueva York, igual de raro e igual de envidia para el que te ve o se entera.
Vivía en una pensión en Valparaíso frente a la plaza Victoria, de la señora Luchita, a la cual se llegaba al tocar la puerta en la calle, abrirse esta y de inmediato subir una escala, que yo imaginaba igual de larga y parada como para llegar al cielo, No era que alguien bajara a buscarte, sino por el pasamano un cordel llegaba del segundo piso y tirándolo abrían la puerta. Cariñosamente por este oscuro laberinto, aparecían en forma simultanea, una viejita arrastrando los pies con pantuflas de pañolenci, de nariz muy colorada y poros abiertos, típico de alcohólica, que te ofrecía y tenía para llevar, una empanadas fritas de pino remojadas en aceite, del menos refinado. Un loro que le gritaba – Lázaro, Lázaro,. Un olor a ajo y a fritanga y la figura de nuestro querido Lázaro, de traje oscuro, generalmente azul con rayas grises, su andar pausado y manos atrás, aparecía con su sonrisa de felicidad. Cuando estaba con ciática, la cosa era peor, ya que no había nada mejor que fricciones de ajo. Sin comentario. Este ceremonial se repetía cada domingo cuando íbamos a buscarlo, y una vez en casa hacía entrega de los preciosos regalos que nos otorgaba. Para mi papá, claro que no cada semana, un guindado preparado por sus propias manos, que envasaba en una botella de vino cualquiera incluyéndole las guindas y que al parecer, por los comentarios que recuerdo, era bastante ahí no más, pero era el bajativo obligado. Para mi mamá y para mí un kilo de chocolates Costas, redondos con diferentes sabores, pero no rellenos. A Pepe, un tomo hasta formar la colección completa de la Segunda Guerra Mundial. Con esta visita si que no había imaginación alguna, uno sabía con plena certeza como se desarrollarían las próximas tres horas, porque si de rutina hablamos esta fue tan exacta que con sus idas a buscar y dejar, los cuatro aprendimos a manejar. Y cuando tienes diecisiete o dieciocho años, era fascinante manejar a Valparaíso.
El tema central de conversación era su caballo blanco, ya que parece que había sido de la Caballería en la época del zar de Rusia, y se había codeado, por ser militar de carrera, con las más altas damas de la nobleza, incluyendo a la zarina. Estos cuentos son como los pasajes de la Biblia, cuando el cura te los lees, te los sabes de memoria, pero si te lo preguntan de saber que siempre lo vas a escuchar, no le colocas mucha atención, y hoy me arrepiento de mi inmadura ignorancia.
Pero había algo en el que a mí me molestaba mucho. Era la fiesta que le hacía a mis piernas y yo lo sentía un poco decadente o libidinoso, ya que con el uso de la moda de la mini falda, se veía desde donde nacían los troncos. También aparecía en escena otro solterón, que era primo de mi papá. Milan Papic, poco es lo que recuerdo, salvo que sufría de soriasis, una enfermedad a la piel que se manifiesta por heridas, inflamación, escamas, parece ser muy dolorosa y fácil de infectar. Creo que es de origen nervioso. Bueno en todo caso, al mirar hacia atrás, lo veo como bastante serio.
Milan Papic- Split 1968
También llegaban amigos menos de confianza y más comunes, como la Teresa C y su marido Branco P italiana, hija única de familia de mucho dinero, que había heredado muchas propiedades en toda la quinta región, con ciertas características de personalidad como para definirla mitad solterona y mitad casada, con gruesos vidrios en sus anteojos, que le daban un toque de intelectual, bastante amarrete con el dinero, y con marido, estupendo, dueño en Valparaíso de una heladería llamada Vitamin S.
Sonia casada con Esteban quienes tuvieron cuatro hijos. El mayor con problemas serios, que después de muchos años, se casó en Guatemala creo con una contadora y se quedó a vivir allá, El segundo tremendamente inteligente, ingeniero comercial, casado con hijos, y que sin una razón conocida pocos días antes de Navidad se suicido. Que dolor para esa madre, para su esposa, y que legado escabroso les dejó a sus hijos. El tercero esquizofrénico, que ha vivido toda una vida internado en Santiago, y la última una mujer, abogada, casada y con un feliz matrimonio. Las cosas de la vida, para ese padre, su dolor fue tan fuerte, que jamás habló de sus hijos enfermos y siempre los ocultó, siendo él una persona tremendamente inteligente, que se desempeñaba en Servicio de Impuestos Internos. Es lo que hoy llamaríamos, que no tenía inteligencia emocional, para manejar y aceptar la vida. Y otros amigo más que no fueron tan importantes
Otra de las amistades de los últimos años que deseo mencionar, por la trascendencia que ha tenido en la poesía chilena es Don Juan Guzmán Cruchaga, padre del ministro que investiga los casos de detenidos y desaparecidos durante el gobierno de Augusto Pinochet. Lo conocimos, porque resultó ser vecino de nuestra estadía en el departamento de avenida Perú en dos oportunidades diferentes, cuando vivimos en el cuarto y primer piso, haciéndose buenos amigos, sobre todo con su mujer Raquel. Leyó en algunas oportunidades algunos escritos de mi mamá, y trato de motivarla para que escribiese más, pero yo creo que la mala caligrafía de mi mamá fue su mayor impedimento. Hoy, la cosa sería distinta. La Milka con un computador, entendiendo lo que escribe, uf! Llenaría hojas…. No me ha extrañado saber el piropo, si así se puede decir, que don Juan le dio a mi mamá. Con solo escucharla basta para darse cuenta lo extenso de su vocabulario y la oratoria que tiene, por algo el siquiatra Fernando Manríquez en más de una oportunidad me comento “he conocido pocas mujeres tan inteligentes como tu mamá” y le respondí: Eso que la conociste a los 80 años. Me sentí muy orgullosa de ella y por ella. Largas tardes de conversaciones, de filosofía, de arte, de literatura junto a un té, acompañaron lluviosos inviernos Viñamarinos, que incluyeron tantas otras veces a Stipe y Nora. Años más tarde, para una navidad Nora y Stipe le regalaron el libro “A media agua del sueño” con una dedicatoria que dice: “Milka querida, Uds. Van a disfrutar tanto como nosotros leyendo a nuestro querido amigo Juan. Con mucho cariño Nora Con el amor de siempre para todos Uds. Un abrazo de pascua a Jorge y a ti Milka, que la lectura de estas maravillosas páginas sirvan de………, estas fiestas del señor Stipe” De los poetas contemporáneos, lejos es el que más me identifica con la dulzura de su poesía. Amigo de Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou, Daniel de la Vega y muchos más. A parte de poeta, su trabajo lo realizó en el campo de las leyes, y diplomacia (cónsul en distintos lugares algunos tan interesantes como Hong Kong, Inglaterra, Perú, Argentina, Honduras, Nicaragua, Guatemala, Colombia etc.) En 1978 publica lo que sería mi epitafio perfecto “Doy por ganado Doy por ganado todo lo perdido Y por ya recibido lo esperado Y por vivido todo lo soñado Y por soñado todo lo vivido. La más viva congoja eché al olvido. Del sueño más feliz no he despertado Y agradezco la pena que me han dado Que en flor de suavidad se ha convertido. La tristeza quemante del pasado Tiene un color de sueño parecido Al de la fuga del amor logrado. Y es porque el ansia y la inquietud se han ido Al recordar que el cielo prometido Comienza por la herida del costado”
¡Como explicar y transmitir la emoción que siento cada vez que lo leo, y lo vuelvo a leer! Me habría encantado que siguiera con este poema que es una oda a la vida, al optimismo, al agradecimiento.

jueves, abril 06, 2006

Por mi lado, puedo aportar con esto!













Y tengo muchas, muchas más!!!!

miércoles, abril 05, 2006

FOTO DESCENDENCIA 2005 CUMPLEAÑOS NONA

martes, abril 04, 2006

¿ QUE LES PARECE QUE CADA CIERTO TIEMPO COMPARTAMOS NUESTRO ALBUM?



Aqui van unas